Fanfics★KO
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.


Foro donde podrás encontrar fanfics sobre anime, obras originales de las admins e incluso publicar tus propios relatos!
 
ÍndiceÚltimas imágenesBuscarRegistrarseConectarse

 

 Capitulo 1 - Mujer de hielo

Ir abajo 
AutorMensaje
Rianne
Admin
Rianne


Mensajes : 25
Fecha de inscripción : 30/01/2011
Edad : 33

Capitulo 1 - Mujer de hielo Empty
MensajeTema: Capitulo 1 - Mujer de hielo   Capitulo 1 - Mujer de hielo Icon_minitimeDom Ene 30, 2011 8:44 pm

Capitulo 1 - Mujer de hielo Portadacapitulo1color

Capitulo 1/ La mujer de hielo.


Era extraño que en un día como aquel, y más aún en un planeta como Glacialhee donde el frío y la nieve siempre estaban presentes, el sol brillara en el cielo.
Glacialhee era un planeta bastante tranquilo, dentro de lo que cabía claro está. Como en la mayoría de los planetas había algunos glacialeanos que se metían en diversos problemas con la sociedad.
Para ello existía la GSC (Glacialhee Security Company). Su líder era un poderoso hombre del que nadie jamás había sabido ni su rostro ni nombre, algunos lo llaman El Líder… otros, como Rhye, le llamaban papá.

Spoiler:

Rhyenna Diane Oleander era la única hija del poderoso Líder del planeta. Su madre había muerto cuando ella apenas tenía un par de años en una gran ventisca, las cuales eran normales en su planeta.
Fue criada por su padre, aunque este apenas pasaba tiempo con ella puesto que su trabajo lo tenía bastante tiempo ocupado.
Rhye, para no preocupar a su padre, siempre había sacado las mejores notas en la academia, incluso terminó un año antes para entrar a formar parte de la GSC, quería ser de utilidad a su padre y planeta. Aunque eso sí… ella era la que más trabajo daba a la GSC cuando no estaba de buen humor…
La muchacha de brillantes ojos carmesíes y cabello negro azabache era un espécimen único dentro de su especie. Los glacialeanos, considerados por los planetas vecinos como ‘seres de hielo’, siempre habían tenido el cabello de un color rubio y los ojos azules o verdes… a veces se daban el caso de ojos marrones.
Rhye desde siempre había intimidado a sus compañeros, ya por ser hija de quien era como por su aspecto. La muchacha JAMÁS se había metido en problemas (al menos no publicamente)… simplemente guardaba las ganas de golpear a alguien y al llegar a casa se desahogaba con unas cuantas horas de entrenamiento intensivo.
Sus ganas de ayudar, aprender y, porque no, ser la mejor le había otorgado el título de Capitana General de la GSC con tan solo 135 años humanos (unos 18 glacialheeanos).

Ahora por fin podía dejar de lado sus formalidades y concentrarse en lo que realmente le gustaba, perseguir criminales y si podía ser patearles un poco el trasero.
En el cuerpo era bastante querida por sus pocas compañeras soldados, los hombres la temían por su temperamento y la amaban por lo bella y única que era. Aunque ella simplemente los mandaba volando por los aires... no sabía porque pero usualmente cuando se enfadaba muchísimo un feroz viento se desataba a su alrededor. No es que le diese demasiada importancia ya que en su planeta solían haber ventiscas a cada minuto... pero siempre le había resultado extraño.

Y ahí es donde encontramos a la heredera número uno.
Rhye se encontraba surcando los cielos grises de la capital del planeta, Glahee, montada sobre su moto de aire de un flamante color rojo. Perseguía al cuarto ladrón en lo que llevaba de mañana, aunque eso sí, reconocía que este era un poco más astuto que los demás, un poco solo, no había que pasarse.
Justo en tierra el equipo de la Capitana General, compuesto por tres chicos y una chica, esperaba instrucciones, que sabía que nunca llegarían, para pasar a la acción.
- la capitana esta mañana está de muy mal humor, no creéis?- preguntó la única chica del grupo. Como buena glacialheeana tenía el cabello de un color rubio ceniza y los ojos azules.
- la capitana TODAS las mañanas está de mal humor, Liea- le recordó su compañero- nada más sonar el despertador ya está lanzando maldiciones a todo aquel que se cruce en su camino.
El cuarteto miró al cielo donde la moto roja de su capitana descendía en picado hacia una de las callejuelas cercanas a su posición. Un grito de júbilo seguido de unos cuantos insultos les confirmaron que el ladrón había sido atrapado.
- he oído que la capitana antes no se metía en líos- añadió un tercer soldado de pelo castaño, ojos azules y gafas, era el inteligente del grupo y el que mejor se llevaba con los ordenadores y la tecnología, su nombre era Saulh. Sus tres compañeros le miraron con mirada incrédula.
- bah!! Tonterías, es imposible que esa mujer con ese terrible temperamento que tiene haya sido alguna vez una fémina decente y fina- rió con burla el cuarto y último soldado del grupo de la capitana.
- ¿tienes algún problema con mi temperamento, Mishek?- se oyó una voz a espaldas de los soldados. A los cuatro se le helaron los cabellos claros y se volvieron más pálidos de lo normal, si eso era posible.
- en absoluto capitana!!!- exclamó el tal Mishek, un joven un año mayor que ella y que tenía el pelo platino y ojos marrones verdosos.
Liea era la única del grupo que no temía hasta la muerte a la capitana y fue la misma la que se acercó con una sonrisa de oreja a oreja.
-¡¡perfecto capitana!! Como siempre es usted la mejor atrapando malhechores!!
La morena sonrió de lado.
- por supuesto!! Acaso lo dudabas??!!! Andando al cuartel!!! Recordad que siempre hay que ser responsables en cuanto a este trabajo… y si tu misma puedes hacer algo, HAZLO!!!- exclamó para después colocar al ladrón detrás del soldado informático- te hago responsable Saulh.
El chico la miró con una gotita en la cabeza, su capitana se contradecía a si misma al menos diez veces al día.
Un pitido alertó al grupo.
- maldita sea… acabo de atrapar a un ladrón y ahora me toca enfrentarme a un asesino…-maldijo la capitana mientras su alrededor un pequeño viento se desataba.
Los soldados se retiraron inconscientemente hacia atrás. Era bien sabido que cuando la capitana se cabreaba era mejor tomar medidas drásticas, es decir, salir como alma que lleva al diablo y refugiarse en algún refugio nuclear cercano.
-esta bien!!! os dejo al cuidado de este ladrón de pacotilla- les ordenó a su grupo- si necesito ayuda… cosa que dudo…- modestia aparte, claro- os avisaré, estad atentos. Liea te dejo al mando de estos tres chicos… y por favor Jakeen, haz caso alguna vez en tu vida de lo que te ordena Liea que siempre me toca intervenir a mí…- dicho esto fulminó al más problemático de los tres chicos, el impulsivo y sin pelos en la lengua de Jakeen. Era el único en el cuerpo que llevaba el pelo tintando de color oscuro, aunque las raíces de su pelo eran rubias platinas y sus ojos grises.
La organización no quería semejante espécimen en su incorporación, por ello la capitana se interpuso y lo colocó bajo su mando.
Jakeen recordaba a la perfección ese día, estaba con los superiores y estos le regañaban por su color de pelo, recordaba algunas amenazas como el de pintárselo de su verdadero color o de ponerse a limpiar calles… en ese momento el temperamento de su capitana hizo acto presente en el salón.
Todo pasó muy rápido… la capitana amenazó a los superiores y les recordó que ella misma tenía el pelo negro y los ojos de diferente color, que por ser diferente a los de su raza no tenían que marginarle. Después de que la morena, aunque en esos momentos su cabello se aclaró por unos segundos, terminara de hablar con los superiores se encontraba justo a su lado en dirección al salón de la patrulla 0, la mejor patrulla de la GSC liderada por la Capitana General, Rhyenna… hija del Líder.
Era a la única que le tenía respeto, los demás le daban exactamente igual. Así que cuando la capitana se dirigió a el con esa advertencia lo único que hizo fue encogerse de hombros y montar sobre su moto de color negro y rojo. Sus tres compañeros lo imitaron y pronto los cuatro se dirigieron hacia La Central.

Rhye suspiró antes de colocarse unas gafas oscuras sobre los ojos. El sol, o el poco que había ese día, comenzaba a descender y el reflejo en el hielo podía afectarle a los ojos, aunque eso sí, la chica siempre iba bien equipada. En sus gafas se encontraba un rastreador térmico, comunicador y conexión con la central de la GSC, todo incluido.
Una vez con las gafas puestas y montada sobre la moto roja se elevó unos metros y avanzó por las calles.
Los transeúntes se quedaba observando unos segundos la flamante moto antes de relacionarla con la “exótica” Capitana General del GSC.
- central?? Aquí la capitana Oleander solicitando datos sobre el sospechoso.
Justo en la central, su robot personal atendió a su llamada.
-UPPi al habla capitana, enviando archivo y reconocimiento dactilar…- contestó la niña robot acomodándose en la sala de control.
Rhye recibió el archivo y lo abrió. Una ficha con una foto adjunta… un asesino que había matado ya ha cuatro personas había sido visto cerca del centro de la capital. Sonrió de lado antes de acelerar y dirigirse hacia una de las calles más transitadas de la ciudad.

OooOooOooOooOooOooOooOooOooOooOooOoo

Lo normal era que los transeúntes se desplazaran caminando o en medios de transporte públicos, algunos ricachones tenían sus propios vehículos… solo la policía disponía del control de los vehículos aéreos. Y esto era debido a que los Glacialheeanos podían volar cuando desplegaban unas grandiosas alas del color de la nieve, por ello era peligroso que los civiles poseyeran vehículos aéreos, podrían ocasionar varios accidentes así que las leyes era estrictas.
Por eso se sorprendió bastante al ver a un grupo de tres chicos, de unos 110 años (15), pilotar un vehículo descapotable por una calle paralela a la suya.
- aaagggg, lo que me faltaba para completar el día, adolescentes ebrios y sin sentido del autocontrol- masculló antes de girar el manillar y dirigirse hacia el coche.
Dentro del vehiculo los tres chicos solo pudieron ver a una chica de cabellos negros y ojos rojos como la sangre acercarse hacia ellos lanzando maldiciones.
- alto ahí niñatos!!!
- hey, bombón a las nueve en punto…- comentó el chico que se encontraba sentado en la parte de atrás del vehículo a sus dos compañeros que iban delante.
- tiene una buena moto…- añadió el conductor.
La morena se detuvo junto al conductor.
- carnet- dijo tendiendo la mano mientras fruncía el ceño y una venita nacía en su sien izquierda.
-…además de otros atributos delanteros…- concluyó el copiloto
Una segunda vena nacía en la sien de la morena.
- no me saquéis de mis casillas chicos, acabo de patearles el culo a cuatro ladrones y no me apetece ensañarme con tres niñatos ebrios…
- carácter… me encanta. Hey preciosa, ¿subes?
- negativo… me habéis cabreado- dijo deteniendo la moto pero dejándola sostenida en el aire. De un salto se colocó en el capó del coche haciendo crujir sus nudillos mientras sus ojos brillaban y una sonrisa siniestra aparecía en su rostro.
En pocos segundos los tres chicos descendían a la calzada con algunos dientes rotos, golpes por todo el cuerpo y algunas costillas rotas. La capitana continuaba sobre el coche.
- ahora id directamente a la comisaría… decid que vais de parte de la Capitana Rhyenna…
- la hija del líder- gimió uno dándose cuenta, demasiado tarde, de con quien se habían topado.
Un nuevo pitido procedente de su bolsillo izquierdo la hizo soltar algunos insultos. Apretó un botón de su reloj y la moto roja descendió unos cuantos metros, la capitana solo efectuó un salto limpio y en pocos segundos se alejaba por el cielo.

OooOooOooOooOooOooOooOooOooOooOooOoo

Horas después Rhye se encontraba en una sala que a Jakeen le hubiera resultado demasiado conocida. Justo enfrente los dos miembros del ‘consejo’ de la policía la escrutaban con la mirada.
Siempre se había sabido que la capitana Rhye era la “mandamás” de la policía, pero eso era en parte mentira porque los dos agentes más veteranos de la policía, y creadores de la misma así como de las leyes del planeta, hacían las veces de consejeros a los policías problemáticos. Rhye ocupaba el primer puesto en la lista…
Los consejeros tenían el pelo prácticamente blanco, al igual que sus ojos, eso indicaba que debían de tener más de 1000 años…
- Capitana Rhyenna Diane… ¿sabe por qué está aquí?
- oh por dios, ni que estuviéramos en un juicio… sabéis tan bien como yo que solo me limitaba a cumplir con mi trabajo…
- si, tu trabajo nos ha costado una denuncia por parte de los tres hijos de unos importantes comerciantes de comida y transporte…
- bla bla bla… era unos niñatos que estaban incumpliendo las leyes de circulación aérea… en otras palabras, jodiendo mi trabajo de capturar al ladrón.
- que por cierto has mandando al hospital con unas cuantas fracturas y una pierna rota ¬¬- contestó el segundo consejero.
- es que esos niños me habían cabreado bastante…- se excusó la chica- y el hombre no quería entregarse por las buenas…
Los consejeros suspiraron, esa chica JAMÁS cambiaría, ni por las buenas ni por las malas. Era la mejor agente de la GSC pero su temperamento era un punto negativo…
- en realidad no estás aquí solamente por eso, Rhyenna. Tu padre, el Líder Rhayer, quiere comunicarse contigo.
La chica dejó de bostezar de inmediato y puso total atención. Su padre… hacía meses que no hablaba con él.
- te espera en la sala contigua.
La morena se puso en pie rápidamente y corrió hacia la puerta.
Ahí estaba, tal y como lo recordaba, no había cambiado en absoluto… pálido como la nieve, ojos azules celestes, pelo rubio con algunas tonalidades grises y sonrisa sincera y agradable.
-¡padre!- exclama la morena lanzándose a sus brazos. Su padre le devuelve el abrazo con firmeza. No es que la capitana fuese demasiado dada a los abrazos o muestras de cariño y menos en público... pero hacía meses que no veía a su padre y a fin de cuentas y aunque no le gustasen sus efusivos abrazos seguía siendo su padre.
- ¡¡copito!!… mi pequeña y explosiva Rhye… ¿metiendo en problemas a los viejos del consejo?
La chica se encogió de hombros.
- lo normal, ya sabes…
- irán a la tumba antes de tiempo…- le regañó su padre haciendo que la morena se riera por lo bajo.
- ¿querías algo en concreto?? normalmente no vienes mucho de visita…
Las facciones de su padre se endurecieron por momentos y sus ojos de opacaron un poco.
- Rhye, fuiste la mejor alumna de tu promoción…y eso que estabas un curso adelantada…- la chica asintió- por lo tanto debes de estar enterada sobre unos elegidos por los dioses… descendientes de nuestros antepasados los seres humanos.
- por supuesto… era bastante aburrida la historia. Relataba algo sobre que cuatro elegidos de los distintos mundos actuales recibirían los antiguos elementos: Fuego, Aire, Tierra y Agua. Dichos elegidos servirían para un propósito, algo como salvar a todos los planetas de un mal aterrador…
- esa es mi niña, debes de saber porque he estado tan ocupado recientemente… verás, hemos encontrado a los cuatro elegidos- dijo directo al grano.
La chica parpadeó confundida.
- ¿en serio es cierta esa historia?
- parece ser que si…
- ¿entonces que pinto yo en todo esto? A no ser que… soy la capitana que los reunirá??!!!
- si… en parte… además…- pero la chica no escuchaba, estaba demasiado ocupada pegando saltos por toda la sala.
- por fin podré salir de este planeta!!! Por fin!!!
- Rhye… esa es una de las razones, la otra es… dios, es muy difícil esto…- Rhayer se sentó en uno de los sillones- recuerdas esa marca de tu espalda, el dragón?
- ¿el tatuaje?- su padre asintió- por supuesto… sabes que siempre me ha encantado.
- pues bien, esa es la marca de que tú… eres una de los cuatro elegidos. Eres la jinete del señor de los cielos, el dragón. La heredera del Aire…
El silencio se apostó en la sala. La morena no sabía si echarse a reír o pegarle un golpe a su padre para mandarlo de vuelta a la realidad. ¿De verdad pensaba que ella, Rhyenna, Capitana General del GSC era la Heredera del Aire?
- es imposible papá, esos cálculos tuyos son erróneos…
- has hecho el ajuste al programa para localizar a una persona?
- si, por supuesto que lo hice, los revisé dos veces… ¿para qué eran esas coordenadas y ecuaciones?
- para encontrarte.
Rhye se recostó contra la pared con los ojos abiertos como platos.
- entonces… ¿por eso soy diferente? ¿Por eso tengo poderes que los de nuestra raza no poseen?
- en efecto, tú, desde bien pequeña, ya has tenido esos poderes. Los otros tres herederos aún no tienen ni idea de que los poseen…
- aquella ventisca… la que se llevó a mamá…- gimió pensando lo peor. Su padre no contesto.
¿Entonces, era ella la culpable de que, después de tener una fuerte discusión con su madre y de que abandonara la casa, se desatara esa enorme ventisca? Por supuesto ella fue encontrada sana y salva, por el contrario su madre que había salido en su búsqueda fue encontrada muerta por extrañas circunstancias.
- me odio entonces…
- no fue culpa tuya, Rhye. No tenías constancia de tus poderes ni del tamaño de estos!! No te culpo de nada…
La chica alzó una mano pidiendo silencio a su padre. Respiró hondo antes de calmarse interiormente, ella era una capitana… alocada a su manera pero siempre responsable.
- ¿entonces mi misión es encontrar a los otros herederos?- preguntó con firmeza. Sus ojos se estaban aclarando por momentos.
- si… esa es…
- bien, entonces permíteme que me lleve a mi grupo y a unos cuantos soldados, además cogeré mi nave y unos cuantos armamentos.
- todo lo que quieras…
- bien, nos vemos, padre.
Rhayer no sabía qué hacer, ¿la seguía? No, eso era lo peor… ahora la muchacha iría al cementerio, a la tumba de su madre, a llorar desconsolada antes de serenarse y dirigirse a su misión que completaría a la perfección.

OooOooOooOooOooOooOooOooOooOooOooOoo

En un cementerio a las afueras de la ciudad una moto roja descansaba en la puerta. Unos metros a la izquierda, junto a una tumba de color blanco y cubierta de nieve, se encontraba una chica tirada sobre la nieve. Su cabello negro contrastaba con fiereza sobre la pureza de la nieve blanca.
- mamá… mamá… lo siento… lo siento…- sollozaba mientras ponía una mano sobre el nombre grabado en la tumba de su madre: Carlee Renae Oleander.
- sabes una cosa mamá, papá me ha dicho que fui yo la que aquella noche desaté la tormenta… que soy una de los cuatro herederos, que mi elemento es el Aire… mamá, no se que hacer…
Una ligera brisa nació y acarició el rostro pálido de la joven, la chica sonrió inconscientemente mientras se acurrucaba junto a la tumba.

Horas después, cuando las lágrimas habían dejado de caer y se había serenado, volvió al cuartel donde llamó a su grupo informando de las novedades. UPPi los acompañaría en la travesía además de unos cuantos artilugios que a la morena le fascinaban.
- por fin algo de acción- se quejó Jakeen
- esa misión será la más peligrosa y emocionante…- añadió la chica mientras se ajustaba sus armas a la cintura.
- bien… creo que está todo listo para el viaje- la capitana ojeó el listado, sus ojos carmesíes se detuvieron en la sección de medicamentos- ¿pastillas anti estrés? ¿Cincuenta cajas? Os habéis pasado… ¬¬
- nunca se sabe capitana- dijo uno de los soldados que cargaban las cajas.
- yo tengo la sangre muy fría, no creo necesitar de esas pastillas…
Y como Saulh había mencionado anteriormente la capitana siempre se contradecía a si misma… porque… ¿para que iba a necesitar tantas pastillas tranquilizantes en una sencilla misión como la de capturar a tres jóvenes herederos con poderes extraños y de unas razas totalmente desconocidas para ella? Pues eso, para nada…

Horas después la nave abandonaba la órbita del planeta del hielo, Glacialhee rumbo a su primer objetivo, el planeta de la oscuridad eterna… Belzebu.
Volver arriba Ir abajo
https://fanficsko.activo.mx
 
Capitulo 1 - Mujer de hielo
Volver arriba 
Página 1 de 1.
 Temas similares
-
» Capitulo 3 - Ángel asesino de la dulce pena.
» Capitulo 2 - Príncipe de la oscuridad.
» Capitulo 4 - La extraña chica del cabello ardiente y los ojos de fuego.
» Capitulo 2 - ¿¡¡Qué hacéis vosotros en mi mundo!!?
» Capitulo 3 - Aventuras en el Parque de Atracciones

Permisos de este foro:No puedes responder a temas en este foro.
Fanfics★KO :: Nuestros fanfics :: Last World :: Capitulos.-
Cambiar a: